Este capítulo trata cuando se marchó Sancho y en consecuencia Don Quijote se siente solo y sin saber que hacer. Decide entonces imitar a Amadís de Gaula en todo y empieza a alabarlo y quiere que sea imitado por todos.
Después de rezar un millón de avemarías nos empieza a relatar una poesía en la que nos describe el paisaje en el que se encuentra. Al no tener nada para comer comienza a buscar algunas de hierbas para poder mantenerse. Entonces Cervantes pasa a contarnos lo que le estaba sucediendo a Sancho.
Al llegar Sancho a la venta ve salir de allí al cura y al barbero que le reconoce y le pregunta por su amo. Sancho le relata todo lo que les había sucedido y también les cuenta que lleva encima una carta.. Cuando el cura y el barbero le piden la carta para poder leerla Sancho se da cuenta que no la halla y comienza a recordar que trataba. Los dos hombres al darse cuenta de que la carta no carecía de sentido alguno se comenzaron a reír de la poca memoria que tenía Sancho que no se acordaba de lo que decía en la carta. Más tarde le ofrecieron algo de comida y decidieron ir a buscar a Don Quijote para poder llevarlo con su amada, Dulcinea del Toboso.
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